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Una gran diversidad de pensamientos y reivindicaciones culturales negadas y censuradas, aunque siempre presentes y en resistencia han confluído en un mismo espacio: Tlanemani Tlan. Este espacio surge por la necesidad de expresar y compartir nuestras ideas y proponer alternativas que contribuyan al pensamiento crítico y despierten conciencia en cada persona que se acerque al proyecto. Tlanemani Tlan somos todos: los que creamos, los que lo leemos, los que hacemos crítica. Te invitamos a romper la vieja brecha entre autores y lectores haciendo tuyo éste espacio.

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Tlanemani Tlan significa en náhuatl Tierra Libre

viernes, 2 de mayo de 2008

Miserable vanidad

Por Fabián
Es inevitable dar un vistazo a nuestro entorno.
Debido a distintas circunstancias, llámese globalización, pérdida de identidad, consumismo, pareciera que no es suficiente con el bombardeo de mensajes que se nos presentan al ver un programa de televisión, escuchar la radio o ver una revista. En los tiempo que corren, la propia gente, tal quez sin percatarse, se ha codiciados (y gratuitos) espacios publicitarios para que las compañias transnacionales sigan amasando jugosas ganancias al imponer modas y formas de comportamiento entre paersona de todas las edades.
¿Alguien lo duda? Basta ver la emoción con la que niños y jóvenes de cualquier edad ostenten (sin que nadie les pague por ello) la polpular "palomita" de Nike, un animal con cuernos que no atinan a saber si es un reno, o un caribú, las siglas incomprensibles que parecen remitir a alguna marca o empresa, en fin, nombres que inclementemente se aduñan del cuerpo humano.
Una gran paradoja; los fabricantes ya no requieren pagar por la publicidad de sus productos, en un perfecto circulo vicioso. Estos productos se vuelven sus propios promocionales.
Uno se pregunta qué es lo que ha llevado a esta situación. ¿Realmente los anuncios y campañas publicitarias nos han lavado el cerebro? ¿han resultado tan eficaces los mensajes que nos venden identidad como para hacernos gastar cinco o hasta diez veces más del valor racional de una prenda o un producto? ¿compramos una prenda o compramos una imagen? ¿nos damos cuenta de ello? ¿en qué momento las necesidades humanas reales, tales como la necesidad de protegernos del frío, fueron sustituidas por ficciones de identidad?
Y así, mientras en algunos lugares del mundo millones de niños y jóvenes ansian adquirir estos productos, en otras latitudes millones de niños y jóvenes sufren condiciones infrahumanas para fabricarlos...¿A dónde nos conducirá todo este juego absurdo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola carnal ! Soy Pancho. Creo que tocas un punto muy importante que es al auge de la cultura consumista; pareciera que el hombre blanco europeo se estancó desde tiempos antiguos en esa manera de vizualizar la felicidad, pero no es otra cosa que la huella que dejó la carencia de la edad media en la que los paises anglosajones que se peleaban por piedras para contruir sus castillos y con estos poder adueñarse de las pocas tierras de ese infertil continente; Esto causa ese convencionalismo de: "Cuanto tienes, cuanto vales".
Y hoy en día vemos que en nuestro rico continente, se han contagiado de esa necesidad ficticia de montar una imagen a base de ridículos articulos de moda.
El ego es un cáncer que condena a la reclusión en uno mismo y que para poder ser libre hay que aplicar una sobre dosis de sentimiento, solidaridad y humildad para poder vivir; o sea ser libres.