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Una gran diversidad de pensamientos y reivindicaciones culturales negadas y censuradas, aunque siempre presentes y en resistencia han confluído en un mismo espacio: Tlanemani Tlan. Este espacio surge por la necesidad de expresar y compartir nuestras ideas y proponer alternativas que contribuyan al pensamiento crítico y despierten conciencia en cada persona que se acerque al proyecto. Tlanemani Tlan somos todos: los que creamos, los que lo leemos, los que hacemos crítica. Te invitamos a romper la vieja brecha entre autores y lectores haciendo tuyo éste espacio.

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Tlanemani Tlan significa en náhuatl Tierra Libre

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Próxima Era glaciar, ¿cosa de los de abajo o de los de arriba?

Por Kuratzin
Seguramente ya has oído hablar algo sobre esta inevitable realidad: la próxima era glaciar, pues es un tema que ha sido demasiado abordado en los últimos años y con grave razón. Francamente, no considero que esto sea una exageración, de hecho, varios investigadores afirman que entre los años 2012 y 2015 la temperatura global comenzará a bajar notablemente, aunque no puedo dejar de mencionar que este hecho ya es evidente debido básicamente al calentamiento global que nos envuelve de manera sumamente drástica. Ahora bien, la pregunta es ¿a qué o a quién se le atribuye este facto?
Las industrias y empresas multinacionales, las grandes instituciones y los gobiernos del mundo entero se han encargado de encararnos, a través de los medios masivos de comunicación, que somos nosotros los principales responsables del calentamiento global, que es la acción del hombre la que está acabando con el planeta, y quisiera yo saber ¿a qué le llaman acción del hombre? ¿Acaso a nuestra contribución de tirar basura en las calles, a nuestra acción de contaminar el aire con el humo del cigarro, a nuestro consumo desmedido de energía eléctrica y a nuestra falta de conciencia a la hora de abrir las llaves para abastecernos de agua?
Yo no atribuiría tan grande responsabilidad a la “acción del hombre”, sino a las acciones de estas explotadoras empresas e industrias, a su tan inhumana manera de hacernos creer que somos nosotros los que estamos destruyéndonos, tratando así de deslindarse de sus muy merecidos atributos, porque son ellos los verdaderos destructores del medio, son los explotadores de nuestros ecosistemas, de nuestros animales, de nuestro suelo, mantos acuíferos e incluso de nuestra gente.
Los de arriba utilizan todo su poder para manipular al pueblo con anuncios publicitarios “promotores de conciencia” que nos aconsejan, por ejemplo, que ahorremos agua porque es de todos, que tiremos la basura en su lugar, que plantemos un árbol, etc. porque pretenden que con estas campañas publicitarias, que por cierto contaminan masivamente, nos olvidemos de sus atrocidades y así queden absueltos de toda culpa, pero la realidad es otra y de eso hay que estar bien conscientes. ¿Quiénes son ellos para venir a decirnos que debemos proteger el medio ambiente? ¡Ah! Pues son nada más ni nada menos que los máximos abusadores de este, y lo que quieren es ocultar que lo son para que el pueblo no deje de ser consumidor y tampoco deje de formar parte en sus “campañas ecológicas”, es decir, para que el pueblo consuma y al mismo tiempo sea altruista.
Debemos saber que para hacer algo por nuestro medio ambiente ya no basta con separar la basura ni con reciclar todos los materiales que usamos; ya no es suficiente que dejemos de fumar y que no tiremos basura en las calles, pues todo esto ya se ha convertido en una obligación. Ahora la alternativa que nos queda es tomar acciones de real solución para combatir este grave problema, por ejemplo, dejar de consumir productos de multinacionales que sólo se interesan en engordar sus billeteras a costa de lo que sea, incluso a costa del rápido calentamiento global, del cual actualmente somos todos testigos, y así prolongar aunque sea un par de años la muy próxima era glaciar.
Sin duda, los de abajo si somos culpables de algo, de un hecho incuestionable: de no pensar, o peor aún, de pensar y no actuar, de creer todo lo que oímos, de seguir meros paradigmas, y por supuesto, de consumirles a estas corporaciones no sólo sus productos, sino sus ideas, su repugnante política y de paso, nos volvemos parte de este círculo vicioso perpetuando ingenuamente la explotación del medio y con esto, la destrucción de nuestro planeta.

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